jueves, 22 de octubre de 2009

-| Relatos del presente |- "La carta que nunca escribió"

Se levantó como una exhalación y comenzó a dar vueltas por toda la habitación. Siempre hacía eso cuando pensaba, y cuando esperaba algo, y cuando no tenia nada que hacer. Ese gesto significaba que su cabeza comenzaba a trabajar, a idear su siguiente fechoría, agresión u otro delito.
Él era un delincuente.

Por fin decidió qué hacer, y decidió lo que había previsto, lo que había pensado, lo que había preparado. Se sentó ante un papel en blanco, que no era un papel cualquiera. Era un papel de carta, algo más fino, el papel que usaba para las ocasiones especiales. Sí, pensó que esta era una ocasión especial, mientras daba vueltas a la habitación(justo en la 5ª vuelta) se le ocurrió que quizás este podía ser un evento que le marcaría, uno de los días más felices de su vida.
Un adiós definitivo.

Ya estaba sentado, con su mejor bolígrafo en la mano, y el mejor papel de carta en la mesa. Aunque sinceramente le hubiera gustado escribir en una servilleta de bar con un palo manchado en mierda. Pero no, ya le había concedido demasiadas oportunidades, y sabía que había aprovechado las suficientes. Papi y mami estarían al tanto de la carta y se reprimió de referirse a ellos con palabras malsonantes, mas era lo que mas deseaba en el mundo, pues...
No sería la primera vez que lo joden

Comenzó a escribir: "Querid...." No, no, y no. Una cosa era no pasarse y otra cosa era el cariño. Querido/a implicaba algo de cariño, y él no era hipócrita. Así que simplemente escribió su nombre. ¿Qué mas poner? Posó la barbilla en su mano derecha (siempre lo hacía cuando pensaba o cuando quería hacer pensar a la gente que estaba pensando). No le fue nada fácil, se levantó y regresó tras estar varios días dando vueltas a la habitación. Había dado más vueltas de las que podía contar cuando se le ocurrió: ¿Para qué escribir algo? ¿Para qué arriesgarse otra vez? ¿Ha cambiado? JA! No lo iba a hacer, dejaría la carta en blanco. Eso es lo que quería no? Una carta. Pues no escribiría nada en ella
Ella lo tergiversaba todo.

Ahora solo faltaba saber cómo despedirse. ¿Cómo poner todo lo que tenía dentro en una palabra de despedida? Adiós sonaba demasiado fácil. Hasta luego, no. Hasta luego significaba volver a verse, y eso era lo que menos quería. Volvió a levantarse, aunque esta vez, al contacto de sus pies con el suelo.... "Hasta nunca". Ya había terminado, la carta estaba totalmente "escrita" Era la carta que más tiempo había tardado en escribir. Esta era su carta:


Y al fin todo había terminado.

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