lunes, 3 de enero de 2011

La ironía de la vida

La ironía de la vida. La puta ironía de la vida.
A la mierda todo. ¿Quién lo diría?

Qué difícil es amar, pero qué jodidamente difícil es no hacerlo. Llevaba meses caminando solo por haber apartado a todos aquellos a quienes negó el beneficio de la importancia. ¡Menudo imbécil! No será por no haber sido advertido. Ni siquiera pensó: "La vida sigue", sino que el día a día lo arrolló, al muy idiota, y cuando no tuvo tiempo para nada más que para lo importante, de nuevo volvió a recordar. Y a bofetones con la vida.
¡Ignorante! La vida siempre gana.

No iba a ser diferente esta vez. La reacción llegó tarde, pero llegó. Y el refrán le importó un pito. Volvía a sonreír, y la vida con ganas de otra colleja. Ya llegaría el momento. Por ahora hay cosas que hacer, y gente que conocer... ¿Queeeeeeeeeeeeeé? ¡Estaba en el sitio menos esperado! Basta que no busques para que se meta en tu bolsillo. Como esa maldita china de tu zapato, pero sin zapato ni maldita china. Al contrario, ya te gustaría tenerla notarla ahí todo el tiempo.

Pero tranquilo. Ya lo decían en el colegio: "despacito, sin salirse". O su variante "despacito y con buena letra". Si pasa el tren, que no te arrolle la vida. Súbete a él. Como lo dejes escapar, te va a caer la colleja que la vida te tiene guardada. Eso sí, reduce su velocidad, que con prisas no llegamos a ninguna parte...

La ironía de la vida. La asombrosa ironía de la vida.
No es todo tan negro. ¿Quién lo diría?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

En la vida nada es muy negro y nada es muy blanco...hay que saber percibir las cosas como de verdad lo son y no ser muy pesimista... ni hacerse demasiadas ilusiones.
"Qué difícil es amar, pero qué jodidamente difícil es no hacerlo."
Que gran verdad...

S.